El Sol es
nuestro astro rey. La lumbrera más poderosa de nuestro firmamento. La más constante,
certera y confiable de todas. Sabemos a la hora que sale y cuando se esconde. Ciertamente
una belleza que admiramos día a día. Nuestras vidas son regidas por su
movimiento y el tiempo se rinde a sus pies. Quizás por todas esas razones y más,
los antiguos decidieron incorporarlo al Tarot.
En este sistema de adivinación el Sol es representado
usualmente por un niño y por la esfera que lo caracteriza. Flores, girasoles y
caballos también son comúnmente incorporados a las cartas que del Tarot para
indicar valores solares.
Pero el Sol en su aspecto mas esotérico representa
nuestra alma, el ser interno, nuestra autoestima y como nos sentimos con
nuestra espiritualidad. El Sol es la energía cien por ciento masculina y la Luna la energía femenina. Así
que nuestro astro Rey es la imagen de nuestra energía activa, ya sea referente
a una dama o caballero.
Un Sol mal dispuesto en el Tarot manifiesta energía
distinta si la persona cuestionante es mujer u hombre. La diferencia estriba en
que el varón se alimenta de su energía solar y la hembra de su energía lunar.
Son enfoques complementarios que son importantes y se refiere a energía, no
necesariamente a sexo.
La energía activa es la masculina y la receptiva es
femenina. Son polaridades que aplican tanto a hombre o mujer. Por lo que vemos
hombres receptivos (lado femenino activado) y mujeres activas (lado masculino predominante)
sin necesidad de enfocarnos en orientación sexual. Sencillamente es una operación
hormonal y neuronal de los seres humanos.
El Sol en el tarot representa inicios, actitud activa,
proyectos nuevos en general. Es la parte racional de nosotros, el lado derecho
del cerebro.
Una carta del sol bien dispuesta en una mujer, podría
indicar un carácter fuerte y dominante. En un hombre una persona sanamente conectada
con su proceso decisional analítico.
Un sol fuerte puede afectar las relaciones. Estar muy
cerca del astro rey quema y anula nuestras aspiraciones. Tener la razón no
siempre es saludable en una relación. Saber jugar nuestro papel si lo es.
Pero la tenacidad y confiabilidad del Sol es perfecta
para nuestras profesiones. A quien no le gusta un trabajador que nunca falta,
entra y sale a la hora indicada.
Así que como vemos la estrella de Apolo es mucho más
que una bola de fuego ardiente. Es una manifestación cósmica de un principio mayor.
Así lo vemos en el Tarot terapéutico: como un arquetipo sanador.
Nuestro próximo escrito será sobre La Luna, la contra
parte del Sol.
Hasta pronto
Vrajabasi Das
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